Los sindicatos acogen con agrado la decisión que ha tomado el organismo de vigilancia marítima de la UE de permitir que 50 000 tripulantes certificados en Filipinas trabajen a bordo de buques de propietarios europeos.
La Agencia Europea de Seguridad Marítima (AESM) anunció la semana pasada que continuará reconociendo los certificados STCW (normas de formación, titulación y guardia) emitidos por proveedores de capacitación con sede en Filipinas a raíz de que el presidente del país decidiera abordar los problemas de los que adolecen desde hace décadas los sistemas de formación para la gente de mar.
La UE llevaba muchos años preocupada por la calidad y la coherencia de la formación, dado que algunas personas que se graduaban tenían la debida preparación para manejar buques modernos, mientras que otras necesitaban una capacitación complementaria del empleador. La AESM ya había identificado deficiencias en 2006 y ha seguido encontrando problemas en las 13 inspecciones realizadas desde entonces. La auditoría más reciente de la agencia, que tuvo lugar el año pasado, dio pie a una advertencia final para el país.
La ITF celebra la decisión de la AESM y se muestra optimista con respecto a las reformas
“Nos alivia ver cómo, con esta decisión, la AESM se aleja del borde del abismo y evita el riesgo de que 50 000 de los mejores profesionales marítimos del mundo dejen de trabajar a bordo de buques europeos”, señala Stephen Cotton, secretario general de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF).
“Tengo la certeza de que esta noticia tendrá una buena acogida no solo entre los armadores europeos, sino también entre las tripulaciones filipinas, sus familiares y sus sindicatos”, afirma.
Cotton explica que, si la AESM hubiera dejado de reconocer los certificados emitidos en Filipinas, la prohibición habría provocado una gran conmoción económica en todo el país. En 2019, las tripulaciones filipinas que faenan en buques internacionales enviaron a casa unos 6540 millones de dólares estadounidenses[1].
“No cabe duda de la alta estima que se tiene de la gente de mar filipina en el sector por sus habilidades, experiencia y profesionalismo: hay buenos motivos para que su país siga siendo la principal fuente de este tipo de mano de obra en todo el mundo”.
“Lamentablemente, ya hace tiempo que no existen sistemas de calidad y certificación en los que puedan confiar las tripulaciones filipinas”, añade el secretario general.
La ITF y sus sindicatos afiliados con sede en Filipinas llevan años abogando por que desde Manila eliminen las incoherencias en los resultados de la formación del país y descarten a los proveedores de bajo rendimiento que imparten una capacitación deficiente a las tripulaciones.
La ITF recomienda al Gobierno de Marcos que mejore la formación
Los recientes anuncios de la Administración del presidente Ferdinand Marcos Jr. de abordar al fin los problemas de formación que el país lleva años arrastrando parecen haber convencido a las instancias decisorias de Bruselas.
Junto con medidas más inmediatas, Marcos ordenó en diciembre el establecimiento de un consejo consultivo de alto nivel compuesto por personal experto del sector marítimo.
Un grupo de representantes de la ITF, la asociación de armadores ICS y otros órganos del sector conformará el nuevo Comité Consultivo Internacional sobre Asuntos Marítimos Mundiales (IACGMA). Aunque su primera tarea es asesorar sobre las reformas necesarias en materia de formación y certificación, la facultad del comité para trabajar con una multitud de ministerios y agencias gubernamentales en cuestiones espinosas y complejas del sector marítimo es un modelo que los sindicatos y los grupos de armadores esperan que permita avanzar ante el problema del cambio climático y otras cuestiones acuciantes que afronta la industria marítima del país.
Según Cotton, este comité consultivo es un solo ejemplo de la manera en que el sector ha demostrado que Filipinas está ahora en la senda correcta para realizar las mejoras que la industria, las tripulaciones y los organismos reguladores vienen reivindicando.
“Estoy seguro de que conseguiremos que un certificado emitido en Filipinas sea sinónimo de la mejor calidad a nivel mundial. En muchos aspectos, las tripulaciones filipinas ya lo son”, señala.
Transición justa y reforma de los programas de aprendizaje
Fabrizio Barcellona, coordinador de la Sección de Gente de Mar de la ITF, anuncia que la federación planteará las cuestiones de la formación y el cambio climático ante representantes del Gobierno a través del comité consultivo, dada la estrecha relación entre estos dos temas.
“La formación nunca ha sido tan importante como ahora para la gente que trabaja en el mar”, apunta Barcellona. “El cambio climático está generando la necesidad de que 800 000 marinos y marinas reciban capacitación o se sometan a un reciclaje profesional para poder manejar los nuevos combustibles y tecnologías de aquí a 2030”.
“Los países que posean los mejores sistemas de formación serán capaces de responder de mejor manera ante las necesidades cambiantes del mercado marítimo mundial. Sus profesionales gozarán de un mayor atractivo para el número creciente de armadores que ya están gastando miles de millones de dólares en buques nuevos y de próxima generación”.
Barcellona apunta a la necesidad de que un mayor número de tripulantes pase más tiempo a bordo en una etapa temprana de su carrera profesional, de modo que pueda familiarizarse con las tecnologías en rápida evolución que se encuentran en los buques de hoy en día.
De ahí que la ITF proponga una mejora de envergadura de los sistemas de aprendizaje y formación de cadetes del país, destinados a marineros y oficiales respectivamente. La federación quiere que Filipinas cambie de un modelo de programas de aprendizaje y formación de cadetes desorganizados, a veces sujetos a la improvisación temporal de empleadores y proveedores de formación, a un modelo nuevo, moderno y coordinado, con programas de calidad que perduren y reciban el respaldo de los armadores, los sindicatos y el Gobierno.
Un sistema más estructurado y con garantía de calidad que coloque a marineros y oficiales en el mercado tendría beneficios para el país, ya que permitiría a los armadores —por ejemplo, los de Europa— tener más confianza en que las tripulaciones filipinas han recibido la debida preparación y poseen las competencias necesarias para manejar los buques modernos.
Los “cazadores de ambulancias” y sus condiciones explotadoras, en el punto de mira de la ITF
La transición justa y la formación son solo dos de los desafíos en materia de política que el Gobierno de Filipinas ha de abordar para mejorar el empleo y el bienestar de las tripulaciones.
La ITF también tiene previsto plantear la necesidad de renovar el defectuoso sistema de indemnizaciones a la gente de mar que existe en Filipinas, que a lo largo de los años ha permitido que se generalicen las prácticas depredadoras de abogados oportunistas, comúnmente denominados “cazadores de ambulancias”.
El temor de los empleadores a las acciones legales espurias ha propiciado que muchos armadores y gestores navales eviten por completo la contratación de mano de obra filipina.
“Estos abogados ‘cazadores de ambulancias’ no siempre tienen como prioridad los intereses de la gente de mar”, explica Barcellona. “Muchos simplemente utilizan a las tripulaciones como peones para lograr un acuerdo extrajudicial con un empleador en beneficio propio”.
Barcellona afirma que es frecuente que los abogados o sus bufetes concedan a la gente de mar préstamos éticamente cuestionables con unos tipos de interés predatorios, mientras la tripulación aguarda el acuerdo que se le ha prometido. En la práctica, la espera puede alargarse tanto que los honorarios de los abogados y los intereses crecientes van consumiendo cualquier pago que se espere recibir.
Erradicación de agentes de dotación con malas prácticas
La ITF también exige cambios en el sistema por el que se rigen actualmente los agentes de contratación de tripulantes. Aunque muchos trabajaban con honestidad y eficacia en nombre de la gente de mar, un número no insignificante de agentes de contratación sigue fallando repetidamente a las tripulaciones.
Toda persona que pretenda trabajar como tripulante en buques internacionales debe utilizar un agente para que la coloque en una embarcación. Una vez a bordo, la tripulación tiene que enviar la mayoría de su salario a casa a través de ese agente. Muchos agentes cobran a la tripulación unos tipos de interés injustos al hacer llegar las remesas a tierra, lo cual recorta efectivamente la cuantía en dos ocasiones si se tiene en cuenta la comisión que cobran a la gente de mar.
Se supone que los agentes están para proteger a la tripulación de los armadores irresponsables y de los posibles efectos devastadores de la negligencia de los empleadores —por ejemplo, cuando una empresa se niega a cumplir con su obligación de pagar a la tripulación—. En ese caso, los agentes supuestamente intervienen y cubren los salarios adeudados.
Aunque el sistema de agentes de Filipinas es en teoría bueno, dado que aplica muchos de los principios recogidos en el Convenio sobre el trabajo marítimo que tienen por objeto beneficiar a la fuerza de trabajo de una industria tan incierta, en la práctica, el deficiente control del cumplimiento de las normas que se da en el país ha propiciado que muchos agentes hayan podido operar pese a haber fallado a la tripulación y violado la ley.
Esta situación ha llevado a la ITF a crear el sitio web ITFShipBeSure.org, dedicado a ayudar a las tripulaciones a evitar a los peores agentes según los sindicatos de gente de mar.
“Todas estas cuestiones son fundamentales para la agenda de la ITF dirigida a apoyar a la gente de mar de Filipinas para que el país pueda seguir siendo un líder en el sector marítimo durante las décadas venideras”, concluye.
FIN
Notas:
Foto de portada: Universidad de Asia y el Pacífico
Referencias:
[1] Según el Banco Central de Filipinas (BSP), las remesas de las tripulaciones de origen filipino superaron los 6530 millones de dólares estadounidenses en 2019.
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