Afortunadamente, lo más probable es que la sentencia sea tan inaplicable como ilógica. No pueden hacer que este hombre inocente vaya otra vez a la cárcel innecesariamente”.
Y, concluyó: “El caso de Mangouras es uno de los peores ejemplos de la vehemente criminalización de la gente de mar. La ITF, al igual que muchas otras organizaciones y personas, pudo prestar su apoyo al capitán durante esta dura experiencia. Esta última pieza de victimización nos recuerda que debemos permanecer alerta para proteger a la gente de mar de estas injusticias”.
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