Los sindicatos y organizaciones de transporte por carretera, aéreo y marítimo han exhortado hoy a los jefes de Gobierno de todo el mundo reunidos esta semana en la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) a poner fin a la “crisis mundial humanitaria y de las cadenas de suministro”.
En la carta abierta publicada el día en que se celebraba el debate general de la AGNU en Nueva York, la IRU (Unión Internacional de Transporte por Carretera), la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo), la ICS (Cámara Naviera Internacional) y la ITF (Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte) hacen un llamamiento urgente a los jefes de Gobierno de todo el mundo para que se devuelva la libertad de movimiento al personal del transporte.
El personal del transporte ha mantenido en funcionamiento el comercio mundial durante la pandemia, pero con un alto coste humanitario. En el peor momento de la crisis del cambio de tripulaciones había 400 000 marinos atrapados en sus buques, algunos de los cuales llevaban trabajados 18 meses más de lo estipulado en sus contratos iniciales. Se han restringido los vuelos, y el personal del sector aéreo se ha visto afectado por la falta de coherencia en las restricciones fronterizas y de viaje y los requisitos de vacunación. Además, los controles sistémicos e impredecibles en las fronteras han retenido a los conductores de camiones, retrasando la finalización de sus trayectos y el regreso a sus hogares; en ocasiones, las esperas han durado semanas y han afectado a miles de trabajadores, obligados a permanecer en condiciones de insalubridad y sin instalaciones adecuadas.
Estos dos años de presión sobre el personal del transporte están pasando factura, y las cadenas de suministro mundiales están empezando a fallar. Los dirigentes del transporte han advertido que los Estados ni escuchan ni toman acciones decisivas y coordinadas, e instan a los jefes de Gobierno a dejar de buscar culpables dentro de su propia Administración y en otros Gobiernos y a resolver la crisis antes de que la inminente temporada navideña vuelva a aumentar la demanda de mercancías y se redoble la presión sobre las cadenas de suministro.
Estos organismos son responsables de un comercio mundial valorado en más de 20 billones de dólares anuales y representan a 65 millones de trabajadores y trabajadoras del transporte, a más de 3,5 millones de compañías aéreas y de transporte de mercancías por carretera y a más del 80 % de la flota mercante de todo el mundo.
La carta reclama:
- que el personal del transporte reciba vacunas reconocidas por la OMS con carácter prioritario;
- que se cree un proceso unificado para los certificados sanitarios;
- que la OMS y la OIT trasladen estas cuestiones a la AGNU y a los Gobiernos nacionales.
Asimismo, los sectores del transporte están padeciendo una escasez de trabajadores y temen que muchos otros se marchen como consecuencia del trato deficiente que han soportado millones de ellos durante la pandemia, lo que pondría en mayor peligro a la cadena de suministro.
Durante la pandemia, los ministerios de Transporte y Sanidad no han podido colaborar para mitigar los problemas que causan al personal del transporte las restricciones impuestas a los viajes. Si los jefes de Gobierno no aplican los cambios necesarios, la crisis humanitaria y de las cadenas de suministro se arraigará y causará aún más daños.
Declaraciones de Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo: “El secretario general, António Guterres, ya planteó este asunto el año pasado en la Asamblea General de las ONU, y es preciso que, en la reunión de este año en Nueva York, los delegados sean conscientes de sus responsabilidades. Resulta sumamente importante que los dirigentes de las organizaciones que representan a millones de trabajadores y trabajadoras del transporte en todo el mundo hayan reclamado a los Gobiernos que tomen medidas urgentes y acaben con unas restricciones que están sometiendo a este personal, a sus familias y a la cadena de suministro mundial a una presión tremenda. No podemos seguir ignorando esta demanda”.
Declaraciones de Guy Platten, secretario general de la ICS:
“Dos de los temas de la Asamblea General de este año son los derechos humanos y la resiliencia. En vista de que el personal del transporte ha demostrado unos niveles indescriptibles de resiliencia ante unas dificultades inmensas, instamos a la ONU y a los jefes de Estado a que emprendan de una vez acciones decisivas y coordinadas para resolver esta crisis”.
Declaraciones de Willie Walsh, director general de la IATA: “En los últimos 18 meses, el personal del sector aéreo ha demostrado una resiliencia increíble al mantener operativas las rutas comerciales mundiales. Se les ha puesto innecesariamente difícil con unas medidas de los Gobiernos contra el COVID-19 descoordinadas, dispares y, en ocasiones, contradictorias. Esta situación no es sostenible, en especial con el aumento de la demanda de cara a la recuperación. Es el momento de que la OMS y la OIT acerquen a los Estados a fin de acordar una serie de medidas armonizadas en todo el mundo para las tripulaciones que propicien una conectividad internacional eficiente”.
Declaraciones de Stephen Cotton, secretario general de la ITF:
“El personal del transporte ha mantenido en funcionamiento las cadenas de suministro mundiales y ha permitido la movilidad de las personas a pesar de la negligencia de los líderes mundiales. Han lidiado con cierres de fronteras, la imposibilidad de regresar a casa, la falta de acceso a atención sanitaria, unos requisitos de cuarentena restrictivos y la total incertidumbre que acarrea la ineptitud de los Gobiernos. Francamente, están hartos. Ha llegado la hora de que los jefes de Gobierno atiendan las necesidades de este personal. De lo contrario, serán responsables del colapso de las cadenas de suministro y de las muertes y el sufrimiento innecesarios que han padecido los trabajadores y demás personas a causa de la crisis. Sus manos estarán manchadas de sangre, y el caos pesará sobre sus conciencias”.
Declaraciones de Umberto de Pretto, secretario general de la IRU:
“Los conductores de camiones han trabajado sin descanso a lo largo de la pandemia para garantizar el transporte de mercancías, pese a unas restricciones en las fronteras muchas veces inútiles, descoordinadas e incluso peligrosas para su salud, que han empeorado todavía más la escasez crónica de conductores. Los conductores son trabajadores esenciales, y los Gobiernos deben actuar para permitirles desempeñar este trabajo tan vital”.
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