En el más reciente enfrentamiento entre los Gobiernos europeos y los operadores de búsqueda y salvamento en el mar Mediterráneo, Italia y Malta se han negado a aceptar a un buque español de beneficencia que transportaba a 121 migrantes y refugiados, que habían sido rescatados cerca de ambos países y habían permanecido en aguas internacionales durante más de ocho días. Si bien el Gobierno italiano permitió desembarcar a dos mujeres en avanzado estado de gestación y a la hermana de una de ellas, también amenazó al buque Open Arms con una multa de 50.000 EUR y la confiscación del buque si intentaba atracar en un puerto italiano.
El buque de salvamento está esperando ahora que el Gobierno español interino declare si permite que los migrantes sean recibidos en las cuatro regiones españolas que se han ofrecido a acogerlos.
Más de 2.000 personas murieron intentando atravesar el Mediterráneo para llegar a Europa en 2018, y se estima que hasta 150 personas murieron ahogadas en un trágico incidente ocurrido el mes pasado, después de que sus botes volcaran frente a Libia.
En otro movimiento marítimo de migrantes más al norte, más personas han sido rescatadas intentando cruzar el canal de la Mancha para llegar a Gran Bretaña. Las autoridades detuvieron a 40 migrantes y refugiados en tres botes pequeños en la costa inglesa o en sus inmediaciones.
Gran Bretaña y Francia han incrementado las medidas para interceptar a botes pequeños que intentan realizar el peligroso cruce de una de las vías de navegación más transitadas del mundo.
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