En un momento en que el sector mundial de los cruceros y los sindicatos de gente de mar están a punto de finalizar la repatriación de casi 250 000 marinos, la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) advierte que se avecinan tiempos difíciles para la industria y sus trabajadores.
La ITF y sus sindicatos afiliados representan a gran parte de los trabajadores del sector de los cruceros a escala mundial. La federación y los sindicatos han apoyado activamente el regreso de decenas de miles de marinos en todas las categorías, desde los servicios de alimentación, el personal de hotelería y los animadores hasta los tripulantes de cubierta y de la sala de máquinas, que quedaron varados a bordo de buques crucero en distintas partes del mundo cuando estalló la crisis del COVID-19 y los Gobiernos cerraron sus fronteras.
Dave Heindel, presidente de la Sección de Gente de Mar de la ITF, señala que la pandemia ha mostrado lo mejor y lo peor de la humanidad.
“Por un lado, ha habido Gobiernos que han cerrado vergonzosamente sus puertas a la gente de mar —como Estados rectores de los puertos, países de tránsito e incluso países de origen de estos marinos—, cuando deberían haber hecho todo lo posible para repatriar a los trabajadores y trabajadoras que se encontraban en buques de carga y cruceros. Por otro lado, esta pandemia ha mostrado lo mejor de los sindicatos y de muchos empleadores, que han hecho sus mayores esfuerzos por estos marinos que se encontraban en circunstancias difíciles”, indicó Dave Heindel.
“Solo sentimos respeto y admiración por los marinos. Se trata de personas que simplemente acudieron a trabajar y se encontraron atrapadas a bordo de lo que algunas de ellas acabaron llamando sus «cárceles flotantes», sin poder bajar a tierra ni para dar un paseo. Damos las gracias a esta gente de mar por su paciencia y fortaleza durante un periodo increíblemente difícil. Algunos marinos se han visto abrumados por la situación, y otros por desgracia se han quitado la vida, empujados por la desesperación. Estos acontecimientos nos entristecen profundamente, y, si bien la mayoría de nosotros no hemos experimentado nunca una situación como la de ellos, compartimos sus sentimientos y los de sus familias. La gente de mar merece la solidaridad y el respeto del público por lo que han soportado durante esta pandemia.
“Resulta difícil exagerar la magnitud de la operación necesaria para repatriar a casi 250 000 marinos de buques crucero desperdigados por todo el mundo. La familia de los sindicatos marítimos de la ITF ha estado trabajando día y noche desde marzo para coordinar visados, vuelos y exenciones de viaje para llevar a los marinos de regreso a sus hogares.
“Aunque este es un resultado fantástico en el sector de los cruceros, es preciso recordar que aún quedan alrededor de 300 000 marinos atrapados a bordo de buques de carga que continúan trabajando después de haber vencido sus contratos, en algunos casos hasta 16 meses, lo que sobrepasa con creces los 8 o 9 meses previstos. El número de marinos afectados aumenta día a día. La solución en este caso es sencilla: los Gobiernos deben conceder a los marinos exenciones prácticas a las restricciones de viaje y tránsito, de modo que se puedan restablecer los cambios funcionales de tripulaciones. Es imprescindible que saquemos a estos cientos de miles de marinos de sus buques una vez que hayan finalizado sus contratos, al igual que hicimos en el sector de los cruceros”, señaló Heindel.
Johan Øyen, presidente del Grupo Técnico sobre Buques de Crucero de la ITF, afirma que los esfuerzos combinados representan un éxito humanitario importante.
“Elogiamos a las compañías de cruceros y a aquellos Gobiernos que han colaborado con ellas para lograr la repatriación de casi un cuarto de millón de marinos de esos buques, lo que ha requerido una coordinación logística enorme”, declaró Øyen.
“Este éxito se logró a pesar de que los Gobiernos, incluidos los Estados de abanderamiento y los Estados rectores de los puertos, no cumplieran sus obligaciones legales y de derechos humanos en virtud de la legislación internacional. No solo fue un error desde el punto de vista moral que los Estados negaran a la gente de mar la posibilidad de bajar a tierra a fin de regresar a casa, sino que también fue ilegal. Analizaremos qué tipo de mecanismos se necesitan en materia de cumplimiento para evitar que los Estados eludan sus responsabilidades en el futuro”, indicó Øyen.
“A pesar de los desafíos, la mayor parte del sector de los cruceros ha trabajado para lograr este resultado. La ITF y nuestros sindicatos afiliados esperamos poder colaborar con la industria para garantizar que los planes de recuperación y el reinicio de las operaciones coincidan con una conversación abierta sobre cómo mejorar las condiciones de trabajo y de vida de la gente de mar a bordo”.
Øyen señala que a la ITF le preocupa el anuncio de una serie de brotes de COVID‑19 acaecidos en buques crucero en los últimos días. Se cree que al menos uno de esos brotes ocurrió al no observarse ciertos procedimientos importantes antes del comienzo de la travesía.
“Los viajes en crucero solo deberían volver a realizarse una vez que se hayan introducido y observado las medidas sanitarias y de seguridad adecuadas, y que los países a los que llegan los cruceros se comprometan a permitir que la gente de mar baje a tierra para recibir asistencia médica y efectuar los cambios de tripulaciones correspondientes. Es preciso que las compañías de cruceros aprendan de los errores que muchas de ellas cometieron al comienzo de esta pandemia para garantizar entornos laborales seguros para la gente de mar.
“Esperamos que la comunidad internacional tome note del sufrimiento de los marinos que quedaron abandonados durante meses a bordo de buques, a la espera de poder volver a casa, y les rinda homenaje. Ellos son los héroes de esta pandemia”, añadió Øyen.
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