El bloqueo de seis días del Canal de Suez y su celebrado reflotamiento arroja una nueva luz sobre el importante trabajo realizado por los trabajadores y trabajadoras de remolcadores y de hidrovías. Pero a menos que la industria detenga la actual "carrera hacia el abismo" y se aborden los problemas de seguridad de los trabajadores y trabajadoras, el mundo podría tener otra crisis como la del Even Given antes de lo que pensamos.
Durante varios años, la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) ha advertido que un grave accidente en el Canal de Panamá y en la Hidrovía Paraná-Paraguay podría ser inminente debido a las reducciones significativas de la tripulaciones y una mano de obra con excesivas horas extras y poco personal.
La situación en Panamá y en la hidrovía refleja la situación mundial en lo que respecta a la industria.
Se ha producido una carrera global hacia el abismo en la industria, y en 2021 continúa la presión de las corporaciones altamente rentables sobre la reducción de los precios en los contratos de remolcadores y de dragado en todos los rincones del mundo. Obligados a realizar la misma cantidad de trabajo (o más), con presupuestos más bajos, estas restricciones contractuales dan como resultado la pérdida de puestos de trabajo y una mayor presión sobre la fuerza laboral.
Nuestros afiliados han dejado claro que esta pérdida de estabilidad laboral resulta en mayores cargas de trabajo y mayores responsabilidades para pocos trabajadores y trabajadoras. Los sindicatos en todo el mundo están viendo recortes en la industria, la caída de los salarios locales, el deterioro de las condiciones laborales, el aumento de problemas de ansiedad entre los miembros y un riesgo creciente de accidentes y lesiones en el lugar de trabajo, a menudo debido al aumento de la fatiga.
Una práctica problemática que impulsa esta "carrera hacia el abismo" se observa a través de los contratos de las principales compañías navieras como Maersk, CMA CGM, Evergreen y COSCO con las compañías de remolque. Las principales corporaciones exigen descuentos insostenibles de estos contratos, lo que hace increíblemente difícil para las compañías de remolcadores recibir ganancias justas por los servicios que brindan y con la tripulación necesaria para operar de manera segura.
Incluso cuando los trabajadores y trabajadoras de remolcadores son empleados directamente, como en la Autoridad del Canal de Panamá, el clima de reducción de contratos se ha vuelto lo suficientemente generalizado para que los ejecutivos exijan recortes igualmente insostenibles a su departamento de remolcadores.
El Comité de Remolcadores de la ETF y el Comité de Remolcadores de la ITF para América Latina han advirtiendo repetidamente a las empresas y gobiernos sobre los peligros de esta carrera hacia el abismo. Hemos sido claros en que la industria debe desistir en reducir el presupuesto para mantenimiento, contar con equipos confiables, renovar la flota y capacitar a los tripulantes. También es momento de contar con el adecuado número de tripulantes, períodos apropiados de descanso y niveles de seguridad laboral.
Esperamos que la difusión ofrecida por el incidentes del Ever Given brinde una oportunidad para que el mundo comprenda el papel fundamental en las operaciones que desempeñan estas mujeres y hombres.
La excelencia de la operación de los trabajadores y trabajadoras para liberar el paso del comercio en el Canal de Suez demostró los más altos estándares de profesionalismo. Sin embargo, esta operación podría haber terminado mal, ya que reflotar un buque de contenedores requiere una gran habilidad. Sin esa habilidad, la embarcación podría haberse vuelto inestable y los contenedores podrían haber caído, lo que hubiera resultar en un retraso aún mayor para desbloquear la cadena de suministro global.
El Canal de Suez fue testigo de tener más de 450 embarcaciones en fila tan sólo en los dos primeros días, cada una de las cuales necesitaba una embarcación de asistencia. Con demasiada frecuencia se olvida que sin los trabajadores y trabajadoras, los barcos no pueden atravesar esclusas, canales, hidrovías o incluso atracar en un puerto marítimo determinado sin ayuda. También son fundamentales para las operaciones de salvamento, extinción de incendios, rescates e incluso informes meteorológicos. Son la columna vertebral del transporte marítimo mundial y esa columna vertebral está sometida a una gran presión.
Instamos a los líderes de las industrias del transporte marítimo, de logística y de carga a reconocer la insostenibilidad de la situación actual en la industria del remolque y de la hidrovía. Los trabajadores y trabajadoras han alzado su voz y han dicho a la industria que las condiciones de trabajo peligrosas son el detonante para que un desastre pueda ocurrir.
Esta situación necesita toda la atención de la comunidad naviera y de los gobiernos, antes de que otra importante vía fluvial se vea afectada por la magnitud del desastre que afectó a Suez la semana pasada. El riesgo aumenta con cada recorte presupuestario y la reducción de contratos.
Hagamos caso al llamado de los trabajadores y trabajadoras en primera línea que prevén esta calamidad y que alzan su voz. Sabemos que son los altos estándares y no la carrera hacia el abismo lo que se necesita para garantizar el funcionamiento seguro y estable de la industria mundial de remolcadores y de hidrovía, y en particular, la cadena de suministro global.
El mundo tiene la oportunidad de aprender la lección del Ever Given sobre la importancia de los trabajadores y trabajadoras de remolcadores y de hidrovía y reconstruir la columna vertebral del transporte marítimo para impulsar la recuperación económica mundial de Covid-19. No perdamos esta oportunidad de colocar esta industria nuevamente en una posición segura y equilibrada.
Jacques KERKHOF
Presidente del Comité de Remolcadores de la ETF
Iván De La Guardia
Experto del Comité de Remolcadores de la ITF en América Latina y el Caribe.
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