Responsables de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) contribuyen a impedir que un buque japonés que transportaba automóviles importados se escabulla del control de las autoridades del puerto australiano de Melbourne. A principios de esta semana, el buque había traído a Australia vehículos de marcas como Great Wall, Hyundai, Kia y Subaru.
Varios marinos del MV Metis Leader, de pabellón panameño, llevaban trabajando a bordo desde hacía más de 11 meses —el límite máximo autorizado por el Convenio sobre el Trabajo Marítimo (MLC) y por las autoridades de los buques de bandera panameña—, superando el límite de 14 meses permitido por Australia.
El coordinador adjunto de la ITF para Australia, Matt Purcell, afirma que la organización internacional y sus afiliadas detectaron la presencia a bordo del carguero de tripulantes que habían excedido los límites autorizados. En el momento de la detención, había a bordo del buque:
- Cinco marinos a punto de cumplir 12 meses ininterrumpidos de trabajo;
- Dos marinos trabajando desde hacía 14 meses;
- Tres marinos trabajando durante más de 15 meses, incluido el capitán del barco.
“Mantener a la gente de mar trabajando en un buque durante tanto tiempo supone una violación de sus derechos y la mejor receta para un desastre humano y medioambiental”, añade Purcell.
“Todos los trabajadores tienen derecho a dejar de trabajar al finalizar los contratos que firmaron inicialmente. Negar a un marino la posibilidad de desembarcar y volver a casa con su familia es forzarle a seguir trabajando. Lo que ha ocurrido aquí podría dar lugar a una situación de trabajo forzoso”.
Purcell afirma que los agentes del armador del buque, las compañías japonesas de dotación World Marine Company y WSS Shipping Agencies, intentaron impedir que los inspectores sindicales subieran a bordo para verificar el bienestar de los tripulantes y rescatarles de esa situación.
“La compañía trató de impedir que subiéramos al barco y evitáramos que siguieran reteniendo a estos marinos a bordo en contra de su voluntad”, explica.
Purcell añadió que los agentes del armador trataron de utilizar el COVID-19 como excusa para prohibirle subir a bordo, a pesar de que ese mismo día la ciudad de Victoria había registrado sólo dos nuevos casos, en una población de casi cinco millones de habitantes.
“Estaba claro que la compañía no quería que descubriéramos hasta qué punto había engañado a estos vulnerables marinos, ni su plan para mantener un mes más esta farsa de trabajo forzado”.
Afortunadamente, el barco estaba cubierto por contratos de la ITF que otorgaban a Purcell el derecho de subir a bordo y evaluar en persona el estado de la tripulación.
“Una vez detenido el buque por la Autoridad de Seguridad Marítima de Australia, a instancia nuestra, cinco tripulantes serán repatriados desde Melbourne a Filipinas, entre ellos el capitán y varios ingenieros marinos. El buque no tendrá autorización para abandonar el puerto hasta que la compañía repatríe a estos fatigados marinos y los sustituya por una nueva tripulación", explica Purcell.
La importación de vehículos nuevos sigue el sistema "justo a tiempo", lo cual significa que por cada día que el buque permanezca inactivo en las aguas costeras de Melbourne la compañía naviera perderá más de 100 000 dólares. El MV Metis Leader tenía previsto zarpar del puerto de Melbourne a las 3 pm AEST del miércoles, pero el jueves por la noche aún no había abandonado dicho puerto, probablemente con un elevado costo para la compañía, añade Purcell.
“Creemos que la intención de los armadores japoneses, NYK, era escabullirse de Melbourne sin ser detectados y navegar a Yakarta, engañando de nuevo a la tripulación con la promesa de que podrían volver a casa en el próximo puerto”.
A lo largo de los numerosos meses a bordo, ya habían prometido en varias ocasiones a la tripulación que les repatriarían, ya que el MV Metis Leader hizo escala en varios países que permiten cambiar la tripulación como, por ejemplo, Singapur, por donde había pasado en 'cinco o seis ocasiones', explica Purcell.
El coordinador de la ITF en Australia, Dean Summers, afirma que el caso del MV Metis Leader supone una 'llamada de atención' para la industria naviera internacional, ya que la crisis de los cambios de tripulación continúa después de ocho meses.
“La lección de hoy es muy clara: si usted tiene a bordo marinos cuyos contratos finalizaron, marinos que ya cumplieron su tiempo de servicio y que no quieren seguir trabajando en el buque o no pueden hacerlo en condiciones de seguridad, la ITF, nuestras organizaciones afiliadas y las autoridades australianas detendrán y paralizarán su buque hasta que usted corrija estos errores, sin importar el costo que ello suponga para usted o para el propietario de la carga”.
“Es posible cambiar la tripulación en puertos de todo el mundo. El COVID-19 lleva ya ocho meses con nosotros, por lo que no hay excusa para retrasar o aplazar los cambios de las tripulaciones. Repatriar a los tripulantes de los barcos y sustituirles por un nuevo equipo es responsabilidad de los empleadores y los armadores, y actuaremos para que esa responsabilidad sea respetada para todos y cada uno de los marinos", añade Summers.
“Nuestro mensaje a los armadores, agencias de dotación, fletadores y a las empresas que dependen de los buques para transportar sus mercancías es el siguiente: si no garantizan los cambios de su tripulación, no pararemos hasta que detengan sus buques y hasta liberar a los cansados trabajadores que los operan de los grilletes del trabajo forzoso”.
“Procuren eliminar la explotación de sus cadenas de suministro esta Navidad: o lo haremos nosotros”, concluye Summers.
Notas:
- Hasta el 14 de septiembre, Panamá permitía que los armadores de los buques bajo su pabellón le solicitaran una extensión de 3 meses de los contratos, por encima de los 11 meses previstos por el Convenio sobre el Trabajo Marítimo (MLC).
- Después de esa fecha, las autoridades panameñas sólo vienen considerando y concediendo prórrogas a casos excepcionales. Sin esa prórroga, los buques de bandera panameña no están autorizados a tener a bordo tripulantes durante más de los 11 meses permitidos en el MLC.
- Incluso cuando se conceden prórrogas, normalmente están condicionadas a que los propietarios de buques posean un plan demostrable de repatriación de la gente de mar a bordo. El período de prórroga debería utilizarse para trasladar a la gente de mar a su país y sustituirla por una nueva tripulación.
- A partir del 1 de octubre, Australia fijó el “período máximo de servicio a bordo para la gente de mar durante la pandemia de COVID-19”, como un “período máximo de 14 meses ininterrumpidos” para los buques que entran en sus aguas.
- Los tripulantes del buque filipino MV Metis Leader ya desembarcaron y están regresando a sus países de origen a través del aeropuerto Tullamarine de Melbourne.
- Los agentes del armador han contratado a un capitán y a un ingeniero marino australianos de reemplazo.
- La tripulación (saliente y restante) recibió instrucciones de la compañía de no hablar con los medios de comunicación.
- La Cámara Naviera Internacional estima que en estos momentos hay más de 400 000 marinos atrapados, trabajando a bordo de buques en todo el mundo.
- Esta detención es la última de una serie de detenciones de buques ordenadas por el Control por el Estado del Puerto Australiano, ASMA, desde que comenzó la crisis de los cambios de tripulación. Entre dichas detenciones cabe destacar la del granelero MV Unison Jasper, que transportaba aluminio de fundición, en Newcastle, Nueva Gales del Sur. El buque estuvo inmovilizado varias semanas mientras llegaba una nueva tripulación para reemplazar a los anteriores marinos, que fueron rescatados luego de permanecer a bordo durante más de 14 meses.
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