En medio de un aumento preocupante de los casos de armadores que abandonan sus buques y tripulaciones, los sindicatos han ayudado a recuperar más de 1,7 millones de dólares en salarios atrasados.
Desde junio de este año, la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) y sus sindicatos nacionales afiliados han prestado asistencia a más de 135 marinos en 12 buques en el Mundo Árabe para que pudieran regresar a sus hogares en distintas partes del mundo.
Mohamed Arrachedi es el coordinador de la red del Mundo Árabe e Irán de la ITF. Si bien considera que el impresionante monto recuperado para los trabajadores muestra la eficacia de la labor llevada a cabo por la ITF en nombre de la gente de mar, le preocupa que se haya interrumpido en primer lugar el pago de salarios.
“Los casos de abandono y salarios impagos van decididamente en aumento en todo el mundo —y en particular en esta región—. También se ha registrado un mayor número de empleadores que retienen los salarios atrasados adeudados a la gente de mar, y la gente de mar está sufriendo las consecuencias”, señaló Arrachedi.
“Un factor importante es el cambio de tripulaciones. Las restricciones fronterizas impuestas por los Gobiernos a causa del COVID-19 y el costo de los vuelos internacionales están llevando a un número cada vez mayor de empleadores a reducir las pérdidas y abandonar sus obligaciones para con la gente de mar, a menudo declarándose en quiebra y dejando a bordo de los buques a marinos a los que deben miles de dólares”.
Arrachedi indica que, en los casos de abandono, los empleadores suelen interrumpir el pago de salarios durante varias semanas y, posteriormente, durante meses.
“Prometen a la tripulación el pago de los salarios pendientes, así como una repatriación rápida en caso de que hayan finalizado los contratos de la tripulación. Prometen una y otra vez. Y, un buen día, el armador o su agente dejan de responder a los mensajes de la tripulación.
“Los empleadores a menudo desaparecen sin dejar rastro. Se desvanecen”.
Pero no todos los casos de salarios impagos terminan en abandono, lo cual hace que sea difícil para la gente de mar saber cuándo está siendo honesto el empleador sobre los motivos por los que no se han pagado los salarios.
La gente de mar tiene miedo de “agitar las aguas”
A muchos marinos les preocupan las consecuencias que podría tener discutir con su empleador por cuestiones como el salario, incluso cuando sospechan o saben que los están engañando.
Hay dos motivos por los cuales los marinos se sienten intimidados.
En primer lugar, se cree que la utilización de listas negras —o la prohibición de ofrecer a la gente de mar oportunidades de empleo en el futuro por parte de los propietarios de buques y sus agentes encargados de la contratación— sigue siendo una práctica generalizada en la industria.
“A los marinos les preocupa que, si dicen lo que piensan, no obtendrán otro contrato”, señala Arrachedi.
El segundo motivo por el que los marinos son reacios a expresar su opinión es que los propietarios de los buques representan su billete de regreso a casa. En virtud de lo estipulado en el Convenio sobre el Trabajo Marítimo, el empleador debe pagar los gastos de desplazamiento de los marinos desde y hasta los buques. A los marinos les preocupa que un propietario airado pueda aplazar o denegarles la repatriación en represalia por las quejas sobre el impago de salarios.
Para colmo de males, en este momento hay unos 400 000 marinos atrapados trabajando a bordo de buques de carga, sin poder regresar a casa. A menudo, las escasas posibilidades que tienen de superar las restricciones gubernamentales relacionadas con el COVID‑19 dependen de la voluntad de sus empleadores de hacer frente a los trámites burocráticos y comprarles billetes de avión a precios exorbitantes.
Para muchos marinos, cansados tras 12, 14 o 18 meses en el mar y desesperados por regresar a casa, enemistarse con su empleador conlleva riesgos que no están dispuestos a correr.
“En la mayoría de estos casos hemos tenido que luchar arduamente para garantizar que se respeten los derechos de los marinos, pero para ello hace falta, antes de todo, que se defiendan a sí mismos y se hagan oír. Muchos de estos marinos se vieron intimidados y amenazados por el mero hecho de ponerse en contacto con la ITF”, explica Arrachedi.
MV Mako, puerto de Adén
Los 17 tripulantes del buque de carga MV Mako, de bandera de Moldavia, se atrevieron a hablar después de pasar nueve meses enteros sin remuneración.
Tras percibir tres meses de salario desde su incorporación al buque en Argelia, el marino egipcio Hasan (nombre ficticio) dejó de recibir pagos por parte de su empleador. Echando la vista atrás, Hasan explica que ya había señales de advertencia cuando se le pidió que comprara sus propios billetes de avión para poder incorporarse al puesto. Tuvo incluso que proveerse de botas e indumentaria de seguridad para trabajar.
Cuando el Mako atracó en el puerto de Adén (Yemen) en agosto de 2020, Hasan llevaba doce meses a bordo, nueve de ellos no remunerados.
Hasan exigió abandonar el buque, percibir sus salarios pendientes y ser repatriado. Se puso en contacto con la ITF para solicitar asistencia.
Bajo la presión ejercida por la ITF, la compañía accedió a organizar y pagar el vuelo de repatriación de Hasan. La ITF se aseguró de que Hasan recibiera los 5292 dólares que le debían, así como el reembolso de los gastos de viaje en que había incurrido para incorporarse al buque.
Los compañeros de tripulación de Hasan a bordo del MV Mako también se vieron afectados por el impago de salarios mientras trabajaban en el buque. De hecho, a todos los demás tripulantes se les debía al menos parte del salario correspondiente. Tras la repatriación de Hasan, algunos de sus compañeros de tripulación se presentaron ante la ITF en el puerto de Adabiya (Egipto) decididos a hacer algo respecto de su difícil situación. Con la ayuda de la ITF, lograron volver a casa con 38 792 dólares en concepto de salarios atrasados en sus bolsillos.
Durante el proceso de asistencia a los marinos con salarios pendientes de pago, la ITF suele ponerse en contacto con el Estado del pabellón en el que se ha matriculado el buque para solicitarle que aliente u obligue al propietario a que haga lo que corresponde y pague las deudas a los empleados afectados. Sin embargo, la tripulación del MV Mako, predominantemente siria, no recibió apoyo de Moldavia durante su lucha salarial.
Actualmente, más de 400 buques están registrados en Moldavia, país sin litoral que aún no ha ratificado el Convenio sobre el Trabajo Marítimo. No obstante, el convenio se aplica a los buques de bandera de Moldavia que se encuentren en los puertos de los 90 países que sí lo han ratificado. Los organismos encargados de la supervisión por el Estado rector del puerto se ocupan de velar por el cumplimiento del convenio y pueden inmovilizar buques.
“Por eso es tan importante que la tripulación se haga oír. En muchos casos podemos ayudarlos si ellos denuncian el impago de salarios y los incumplimientos de contrato”, indica Arrachedi.
MV Hannoud, Beirut
Arrachedi y la red del Mundo Árabe e Irán de la ITF también ayudaron a 18 marinos a recuperar más de cuatro meses de salarios impagos en Beirut.
Los marinos tripulaban el buque para el transporte de ganado en pie MV Hannoud, de bandera de Sierra Leona, cuando el propietario abandonó sus responsabilidades y dejó a la tripulación sin alimentos ni agua.
Arrachedi señala que, en una situación de tal gravedad, lo normal sería que el Estado del pabellón interviniera para asegurarse de que los marinos que navegan en buques que enarbolan su bandera cuenten con provisiones, reciban sus salarios impagos y sean repatriados. Sin embargo, Arrachedi afirma que la Administración Marítima de Sierra Leona no respondió cuando la difícil situación del MV Hannoud se volvió aún más desesperada.
Las autoridades libanesas embargaron el MV Hannoud, que atracó en Beirut mientras las partes comerciales interesadas libraban una batalla en los tribunales por el futuro del buque. La ITF abasteció a los marinos.
Para fines de junio, las contiendas judiciales habían terminado y el buque zarpó de Beirut. La ITF ayudó a los 18 marinos a recuperar cuatro meses de salarios atrasados, que ascendían a un total de 141 790 dólares.
MV Algrace, EAU
La ITF ayudó asimismo a la tripulación de un buque de bandera panameña a recuperar casi 100 000 dólares en salarios adeudados a la tripulación siria del MV Algrace. Primero se pagó a los marinos la suma de 29 446 dólares cuando el buque atracó en Jebel Ali, en los Emiratos Árabes Unidos. Después de que otros siete marinos denunciaran encontrarse en la misma situación, se recuperó la suma de 62 773 dólares con ayuda de la ITF.
La mayoría de los tripulantes desembarcaron el 7 de septiembre y fueron repatriados vía Sudán dos días después.
La red genera resultados
Arrachedi explica que la recuperación de gran parte de los salarios se debe a los esfuerzos conjuntos realizados por la red del Mundo Árabe e Irán de la ITF. Creada oficialmente en 2018, la red funciona gracias a voluntarios de sindicatos de toda la región interesados por el bienestar de la gente de mar.
“Debo expresar un gran agradecimiento y reconocimiento por los esfuerzos continuos de nuestros contactos de la ITF en el Mundo Árabe: el compañero Mazern en Yemen, los compañeros Hamdan y Abdelhafiz en Sudán, y los compañeros Nasser y Haytham en el Líbano. No podría haber obtenido estos resultados por mi cuenta.
“Estamos convencidos de que, gracias a la creciente toma de conciencia sobre los indicios de abandono entre la gente de mar de la región, habrá cada vez más marinos que planten cara, denuncien la injusticia y reclamen sus derechos. Podemos poner fin a la impunidad de algunos propietarios de buques reprobables. El primer paso es que los marinos se pongan en contacto con la ITF”.
Cómo obtener apoyo
Si usted es marino y precisa de ayuda o apoyo de forma inmediata, póngase en contacto con ITF Seafarers Support.
Véase también: Stranded at Sea: ITF addressing abandonment in the Arab World (Abandonados en el mar: la ITF hace frente al abandono de tripulaciones en el Mundo Árabe).
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